05/12/2025 - ECONOMÍA
EL PROPIETARIO DE UNA EMPRESA DE MUEBLES CORDOBESA QUE ATRAVIESA UNA CRISIS PEOR QUE EN EL 2001 LE HACE UN PEDIDO AL PRESIDENTE JAVIER MILEI

La Pyme cordobesa Color Living tuvo que cerrar su planta bonaerense de General Pacheco, para concentrar su producción en Córdoba y despidió a 40 trabajadores. El dueño, Omar “Polo” Giardelli, con más de 50 años de industrial, explicó al medio BAE Negocios las razones.


En épocas donde se puso de moda poner candado y cerrar o despedir por WhatsApp, que alguien se pare frente a todo el plantel de trabajadores y explique por qué tiene que cerrar la planta y despedir a casi a todos, y ofrezca pagar más del 100%, aunque sea en cuotas, es un milagro.


La empresa nació en Villa del Rosario en Córdoba, produce y comercializa juegos de livings y muebles con los que abastece al mercado local; no exporta. La empresa produce 100.000 unidades al año y salen por las rutas argentinas más de 160 camiones mensuales repletos de mercadería.


En la planta cordobesa tienen 350 operarios y en Buenos Aires, en la planta de General Pacheco, que instalaron hace más de 15 años y cerraron hace días, había 50 trabajadores. En las mejores épocas llegaron a tener Sidal, una fábrica metalúrgica de muebles que cerró en 2018 y remató todo.


En la fábrica de Pacheco todos venían preocupados, los dueños y los trabajadores veían caer las ventas, la producción y sabían que algo iba a pasar. Pese a todo el Grupo Color, dueño de Color Living, siempre pagó los sueldos a término, “a lo sumo se atrasaba unos días”, dicen desde el sindicato de trabajadores de la madera.


Pero el miércoles pasado, con el sindicato presente, reunieron a todos los trabajadores y les anunciaron que la planta de Pacheco iba a cerrar: no se fabricarían más muebles ahí, se convertiría en depósito.  Se comprometieron a pagar todo lo que corresponde a los 40 despedidos.


Todos quedaron en shock nadie se esperaba el cierre. Pensaban que les iban a decir que les pagarían el aguinaldo en cuotas o que iba a haber suspensiones; pero no, se anunció el cierre.


Algunos lloraron, se abrazaron, otros tardaron en caer. “Me llamaban hasta las 3 de la mañana, muchos no podían dormir. Un trabajador que fue padre hace poco más de tres meses, jugó esa noche con su bebé y cuenta que dijo ‘me voy a dormir que mañana laburo’ y cayó que ya no iba a poder entrar más a la fábrica.


Otro trabajador, mientras se duchaba, cayó en la cuenta que no tenía que dejar lista la ropa del laburo y se largó a llorar. 'Es todo muy difícil, no hay un peso en la calle, las ventas cayeron, la producción también. No deja de ser otra Pyme arrasada. La caída en la producción y en ventas era del 60% en la planta”, contó Diego Taborda, Secretario de organización del Sindicato Maderero de zona norte. 


La versión del empresario pyme: 'No hay crédito'


“Está todo muy complicado, estamos tratando de ver cómo se puede salvar la empresa. El mercado está tan caído que estamos trabajando hace tres meses a pérdida y en la planta uno o dos días menos. No damos más: o paro una planta y cierro la más chica o me fundo y cierro todo. Les vamos a pagar hasta el último peso, para que les de tiempo de buscar otro trabajo. Espero que Villa del Rosario siga abierto. Está parado el país, nadie compra un juego de living ni locos. Estamos desesperados. Queremos aguantar todo lo que podamos, no queremos cerrar todo. No hay crédito, lo poco que hay es carísimo, nos están matando, no se vende nada”, contó desesperado.


Gardinelli contó “La venta cayó un 50% cuando asumió Javier Milei, hubo una devaluación y tuvimos que pedir un Procedimiento Preventivo de Crisis. A mitad de año, las ventas comenzaron a caer y estoy cada día un poco peor. Estoy desesperado sacando créditos de los bancos, vendiendo cheques para poder aguantar. Los bancos cobran entre 43% y el 55% para descontar valores, cuando la inflación es del 30%, me están arrancando la cabeza. A las industrias que damos trabajo y la estamos pasando muy mal, no nos ayudan. La industria está abandonada por los bancos. La política macroeconómica está haciendo doscientas cosas con créditos internacionales pero a las industrias locales las abandonan”. 


El recuerdo de la industria en 2001 y un mensaje al presidente Javier Milei


Cuando se le pide que piense en qué otro momento la industria nacional estuvo tan mal como ahora no lo duda: “Desde el 2001 no estábamos tan mal, en esa época tuvimos Procedimiento de Crisis, nos achicamos, teníamos 300 trabajadores y nos tuvimos que quedar con 180”.


Si pudiera mandarle un mensaje al presidente Milei, este industrial cordobés le diría: “Le tengo que pedir que baje las tasas de interés, que de créditos a la gente para que pueda comprar, porque los pocos que hay son caros. Le pediría que haya seguridad jurídica. Sabemos que si hay devaluación estamos complicados, si no nace nada de la macro de arriba, Juan Pueblo, del que vivo yo, así llamo yo a la gente, no me puede comprar y yo no exporto, el comercio interno está muy caído. La gente tiene miedo, hay falta de confianza y credibilidad. Cobra lo mismo pero tiene miedo de gastarlo porque no sabe si lo van a echar y si tiene que comprar un juego de living lo va dejando y ese es el problema. La gente no confía y sólo compra lo que hace falta'


Argentina, dos países


Piensa en el país y lo define 'En Argentina hay dos países: los que viajan al exterior, llenan los restaurantes más caros y los hoteles 5 estrellas todos los fines de semana largo y ni saben lo que le pasa a la gente; y Juan Pueblo que tiene miedo, los sueldos están muy bajos. Si en una casa no trabaja el hombre y la mujer se complica todo y no alcanza”.


Qué pasará con los trabajadores


La planta se convertirá en depósito y quedaran muy pocos trabajadores y algunos delegados. Las negociaciones por el cierre de las indemnizaciones ya comenzaron: arrancaron en 100% en 18 cuotas y ahora ya están en 120% en 18 cuotas, de acuerdo al monto.


Los acuerdos que el pago era en 15 cuotas bajaron a 12, los que eran de 12 bajaron a 9 cuotas y los acuerdos de 7 cuotas bajaron a 3. Todo parece casi listo. Falta un solo detalle y no es menor, necesitan que Trabajo homologue el acuerdo y por más que empresario, trabajadores y sindicato estén de acuerdo no se homologan acuerdos de tantas cuotas. 


“La empresa tiene toda la predisposición para pagarle todo a los trabajadores. El panorama es negro, pero comparado con otras empresas no es tan malo, pero es difícil negociar con la heladera vacía”, dijo el gremialista de comercio.


A menos de tres semanas de las fiestas, no hay plata que reemplace un sueldo fijo, aguinaldo, vacaciones y una obra social. Desde el gremio cuentan que no hay trabajo, y que los trabajadores despedidos no consiguen reinsertarse. Esta es la realidad de las pymes industriales y sus trabajadores.



EL CARTERO DE PINAMAR
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Edición: Sábado 06 de Diciembre de 2025 NÚMERO
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