La comparación real contra 2023


Ante las profundas reducciones del gasto público realizadas en 2024 y 2025, la comparación de la nueva ley presupuestaria con esos años dificulta ver la variación real de las partidas. En este caso, resulta conveniente comparar el Presupuesto 2026 con las partidas del último aprobado en 2023. Ajustando los valores de 2023, 2024 y 2025 se comprueba realmente si se da una mejora significativa respecto de 2023.


El presupuesto del Ministerio de Salud para 2026, que llega a $3.1 billones, no presenta una mejora real en los recursos asignados.


Al tomar el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 2023 (211,4%), de 2024 (117,8%) y de 2025 (19,46% a agosto), y complementando los meses restantes con el relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el Banco Central de la República Argentina (BCRA), se obtiene una referencia aproximada para comparar los valores presupuestados en 2023 contra los de 2026. El presupuesto 2026 debería incorporar un aumento global de 940% a todas sus partidas para mantener un mismo nivel de asignación presupuestaria real respecto de 2023.


A partir de esta referencia, se observa que el incremento del 660% de las partidas del Ministerio de Salud para 2026 está por debajo del 940% necesario para estar en el mismo nivel de recursos reales que en 2023. Si bien existe un incremento en términos nominales respecto a 2023, 2024 y 2025, cuando se lo actualiza por la inflación acumulada, el Ministerio de Salud tendrá que afrontar 2026 con 30% menos recursos que 2023 en términos reales.


Esta situación global del Ministerio de Salud se replica en cada una de sus partidas. En algunos programas se llega prácticamente al total desfinanciamiento: “Prevención y tratamiento de patologías específicas”, “Planificación, control, regulación, estudios, investigaciones y fiscalización de la política de salud” muestran caídas nominales del 28% y 33%, respectivamente.


Donde se comprueba prácticamente un desfinanciamiento total, aun con los aumentos nominales, es en los programas “Desarrollo de la Salud Sexual y la Procreación Responsable”, “Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles e Inmunoprevenibles”, donde el aumento fue de 255% y 159%, respectivamente. Ambos programas se ubican por debajo de lo necesario para estar en niveles similares a 2023: mientras que el primero queda 72% por debajo de 2023, el segundo se ubica 83% menos que hace tres años.


Otros programas también muestran situaciones similares: en “Respuesta al VIH, Infecciones de Transmisión Sexual, Hepatitis Virales, Tuberculosis, Lepra” y “Abordaje de Curso de Vida”, se registran aumentos del 192% y 225%, respectivamente, muy por debajo del 940% necesario para igualar los recursos de 2023.


Menos recursos, peores pronósticos sanitarios


Estas reducciones presupuestarias para 2026 impactan directamente en los resultados sanitarios que el propio Ministerio de Salud se propone en cuanto a indicadores clave de salud pública. En materia de salud sexual y reproductiva, en el marco del programa “Respuesta al VIH, Infecciones de Transmisión Sexual, Hepatitis Virales, Tuberculosis, Lepra” se prevé una menor distribución de preservativos en 2026 respecto a 2023: se pasa de 80.020.000 preservativos previstos para ser distribuidos a 33.500.000 en 2026, 58% menos.


En materia de salud sexual y reproductiva, se prevé una menor distribución de preservativos en 2026 respecto a 2023: se pasa de 80.020.000 preservativos previstos para ser distribuidos a 33.500.000 en 2026, 58% menos.


Situación similar se observa en la distribución de reactivos para sífilis, de 2.695.000 reactivos distribuidos en 2023 a 1.826.000 en 2026, 32% menos. Y en la distribución de reactivos para hepatitis C se observan las reducciones más importantes: mientras la distribución de “Reactivos de Carga Viral de Hepatitis C” baja un 79%, los “Reactivos Serológicos para Hepatitis C” caen 82%.


Esta decisión de reducir la distribución de métodos anticonceptivos impacta de manera directa en la salud sexual de la población. Mientras en 2023 se estimaban 10 casos de VIH por cada 100.000 habitantes, en el presupuesto 2026 se estiman 13 casos, un incremento del 30%. Y en cuanto a la distribución y difusión de material informativo sobre VIH y enfermedades de transmisión sexual, pieza clave de una política de prevención en salud pública, se pasó de 2.500.000 de folletos presupuestados en 2023 a la ausencia total de distribución de este tipo de documentos para la concientización pública.


En este nuevo enfoque presupuestario, donde prevalece el equilibrio fiscal y el uso eficiente de recursos, queda reflejado que las metas propuestas por el propio ministerio y los resultados sanitarios estimados de los programas de salud no van a ser mejores que los obtenidos en 2023. Aun sin ser aprobado por el Congreso Nacional, el debate sobre el presupuesto 2026 en el área de la salud pública deberá considerar si el ahorro fiscal propuesto por el Gobierno Nacional y el empeoramiento de las metas sanitarias pueden ser comprendidos como un logro de la política pública.


Para profundizar aún más en el tema, en el sitio de Fundación Éforo se encuentran publicados informes técnicos y ciudadanos.