El corte afecta a familias con niños, personas mayores, pacientes con enfermedades crónicas y trabajadores que dependen del gas para realizar sus tareas cotidianas: “No soy yo, es toda la gente. Hay gente con bebés, con preexistencias, con tratamientos clínicos. A toda la gente le pasa lo mismo”, expresó.


Según denuncian, la falta de gas no se debe a una caída de presión, como se informó oficialmente, sino a un problema estructural vinculado con la falta de reservas y la prioridad en la exportación: “No hay gas directamente. Entonces, al no haber gas, no hay nada que comprimir para mandar a las cañerías y abastecer”, explicó la mujer.


Otro vecino detalló el trasfondo del problema: “No hay política de Estado. El gas se está exportando y a los empresarios les conviene agarrar los dólares. Liberaron la importación y no hay control sobre el consumo interno del país. Ese es el verdadero problema que tenemos”.


Además, denunció que “el gas se lo están llevando en camiones a Chile porque pagan en dólares y lo que leí ayer es que se lo quieren llevar también en barco por las costas de Río Negro. Ya arrancaron en mayo”.


Frente a esta situación, los vecinos aseguran no haber recibido respuestas claras de las autoridades: “Se tiran la pelota entre Nación, Provincia, el municipio y la empresa distribuidora, pero nos dicen que es muy posible que no haya solución porque excede a la empresa”.


El panorama, según relataron, podría empeorar aún más. “Los generadores que abastecen de electricidad funcionan a gas. Si no hay gas, se podrían quedar sin luz. Y sin luz, también sin agua. Es una cadena. Nos estamos yendo a un apocalipsis”, advirtió la mujer.


Además, manifestaron que “los compresores están preparados, pero no tienen gas para comprimir. Están abasteciendo con camiones tanque de propano, pero ahora va a empezar a faltar el envasado también. Mar del Plata tiene el combustible más caro y encima se está quedando sin gas”.


Hasta el momento, no se informó de protestas o movilizaciones en los barrios afectados, pero los vecinos no descartan organizarse si la situación persiste. Mientras tanto, muchos aseguran que seguirán asistiendo como pueden a los más afectados: “Estoy abasteciendo a los clientes que puedo, pobre gente que está sin gas. Corriendo a dos manos”, concluyó el vecino.