La cantante batalló meses contra un agresivo cáncer y contra un Gobierno que decidió que el tratamiento contra su enfermedad era una apenas una variable de ajuste. 


La mujer, oriuenda de La Plata, tenía un hijo y una hija y a principios del año pasado hizo su primera denuncia pública contra los recortes en salud del gobierno de Javier Milei. En ese entonces, la artista contó que la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE), dependiente del Ministerio de Salud, había interrumpido la entrega de sus medicamentos.


Tras una extendida campaña solidaria, Araceli consiguió fondos para contar con asesoramiento jurídico y presentó un recurso de amparo ante la Justicia para poder retomar su tratamiento. Al poco tiempo, la vocalista ganó el juicio pero el Estado nacional no entregó los medicamentos y en cambio apeló el fallo. 


Tras meses de lucha, sus compañeros de banda confirmaron ayer el fallecimiento de Araceli. “Hacíamos música, riendo, creando, viajando, conversando de temas profundos o bromeando sobre trivialidades. La extrañaremos como quizá aún no sabíamos que se podía extrañar a alguien en esta vida. Solo nos reconforta saber que tendremos siempre muy presentes la dulce compañía de los recuerdos y también los registros de su voz, su sonrisa, sus canciones”, escribieron en un comunicado. 


Por su parte, esta misma semana, el Gobierno nacional disolvió el Instituto Nacional del Cáncer a través del Decreto 459/2025 publicado el martes pasado en el Boletín Oficial. Desde Casa Rosada aseguran que sus tareas de desarrollarán dentro de la Administración Nacional de Establecimientos de Salud (ANES), un organismo creado para concentrar la gestión unificada de cinco hospitales nacionales.


Sin embargo, con los múltiples antecedentes de recorte y ajuste en salud crece la preocupación entre los pacientes y la lucha de la que Areceli se había convertido en referente, continúa.