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01/11/2025 - NACIONALES (MENDOZA) BODEGAS NORTON SE PRESENTÓ EN CONCURSO DE ACREEDORES PARA EVITAR LA QUIEBRALa crisis del vino mendocino dejó de ser una preocupación dispersa entre viñateros y cooperativas. En los últimos días, uno de los nombres más emblemáticos del sector, Bodega Norton, con más de 130 años de historia, confirmó que se presentó en Concurso Preventivo de Acreedores. ...LEER MÁS ... La decisión, comunicada oficialmente por su CEO, Tomás Lange, se enmarca en un contexto que combina deudas millonarias, baja rentabilidad y un escenario comercial adverso. "Esta decisión fue tomada para asegurar los puestos de trabajo y la continuidad de la operación, en el marco de un contexto desafiante para la industria vitivinícola, tanto a nivel local como internacional", explicó el ejecutivo. El concurso de acreedores es un procedimiento judicial mediante el cual una empresa declara su insolvencia, es decir, que no tiene liquidez suficiente para pagar sus deudas en los plazos previstos. A partir de ese momento, un juez interviene para supervisar las cuentas y ordenar cómo se van a pagar las deudas, priorizando el intento de mantener la continuidad de la empresa. Así, busca una salida legal ordenada para evitar la quiebra inmediata. Histórica bodega Norton se presentó a concurso de acreedoresLange remarcó que Norton "reafirma su compromiso con sus colaboradores y la comunidad vitivinícola" y que la empresa "continuará trabajando con el mismo espíritu de esfuerzo y excelencia que la caracteriza desde hace 130 años". Sin embargo, la situación financiera es delicada. En la Central de Deudores del Banco Central, la compañía acumulaba hasta el 18 de octubre cheques rechazados por 269 millones de pesos, de los cuales solo una parte fue luego cancelada. La deuda bancaria total asciende a unos 42.000 millones de pesos, equivalentes a más de 30 millones de dólares al tipo de cambio oficial. La presentación judicial busca ganar tiempo y preservar la continuidad operativa de la bodega, pero en los hechos deja al descubierto el deterioro profundo de la economía del vino mendocino. Una crisis que se amplifica: el vino mendocino, en alertaEl caso Norton no es un hecho aislado. De acuerdo con el último informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), de la Fundación Mediterránea, el sector vitivinícola mendocino enfrenta su peor escenario en una década. El trabajo, que analiza la coyuntura de la provincia, describe un panorama marcado por la caída del consumo global y local, la acumulación de stocks, y precios reales entre los más bajos de los últimos diez años. "El exceso de oferta se refleja en la acumulación de stocks vínicos y en la pérdida de rentabilidad del productor primario", señala el estudio. Los inventarios de vino, medidos en meses de consumo, pasaron de cuatro meses antes de 2010 a casi siete en la actualidad, y podrían seguir aumentando. En paralelo, los precios promedio de los vinos varietales exportados cayeron un 30% en dólares constantes desde 2013, mientras que los vinos genéricos, que son los que alimentan el mercado masivo, sufren una doble caída: se venden menos litros y a valores cada vez más bajos. El informe también advierte sobre un fenómeno estructural, relacionado con la reducción sostenida de la superficie cultivada. Desde 2010, muchos productores optaron por abandonar sus viñedos ante la imposibilidad de cubrir costos básicos. "La pérdida de rentabilidad empuja a muchos productores a reducir o abandonar parte de sus viñedos, sobre todo los de menor productividad", explica el IERAL. El productor, entre la asfixia y la resignaciónDe hecho, mientras las bodegas enfrentan balances comprometidos, el reclamo de los viñateros mendocinos se intensifica. La Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM) advirtió en un reciente comunicado que la provincia atraviesa "una de las peores crisis de rentabilidad que hayamos vivido en décadas". "La ecuación económica del productor primario ya no cierra. Durante este ciclo 2024/2025, los costos se dispararon de manera insostenible: mano de obra, agroquímicos, fertilizantes, energía, transporte, impuestos, tasas, todo subió menos la uva", señaló la entidad. Según los cálculos de la AVM, la energía y el riego aumentaron más del 100%, la mano de obra de cosecha un 115%, los fletes un 95% y los impuestos entre un 50 y un 250%. A esto se suma un esquema fiscal que, denuncian, "es confiscatorio, porque el Estado se queda con el 57% del excedente puro de una finca productiva". Los viñateros apuntan además a la concentración del poder de compra por parte de las bodegas. "Más del 50% de las bodegas no producen su propia materia prima y los valores de compra se imponen unilateralmente, a plazos que llegan hasta nueve meses", sostiene el documento. En los últimos meses, las protestas en rutas y plazas de Mendoza se volvieron habituales. "Nos han llevado ya a la indigencia. Nunca en mi vida hemos pasado lo que estamos pasando hoy. Esto no tiene precedentes", dijo uno de los contratistas durante una manifestación en San Martín. Un modelo que se agotaEl retroceso del vino argentino no se explica solo por una coyuntura económica local. En el plano global, el consumo de vino viene cayendo de manera sostenida en los principales mercados, desde Europa hasta Estados Unidos. Las nuevas generaciones prefieren bebidas con menor graduación alcohólica o de consumo más casual, y la competencia de la cerveza y los aperitivos se intensificó. El IERAL advierte que "el problema de fondo es estructural". Incluso si una futura cosecha redujera la producción y los precios repuntaran parcialmente, "la menor demanda persistirá". A esa realidad se suman factores internos. La estabilización macroeconómica que busca el Gobierno Nacional, con un dólar que tiende a apreciarse, encarece los costos en dólares y dificulta la competitividad externa. En un mercado donde países como Chile y España cuentan con acuerdos comerciales y logística más eficiente, Argentina queda en desventaja. "El contexto actual obliga a una reconversión del modelo vitivinícola mendocino", sostiene el estudio. La recomendación del IERAL es avanzar hacia una "transición menos traumática" que combine asistencia técnica, alivio fiscal y diversificación productiva. Entre la tradición y la incertidumbreEl caso Norton impactó con fuerza en la provincia no solo por la magnitud de la empresa, sino por lo que representa. Fundada en 1895 y reconocida internacionalmente, la bodega se convirtió en símbolo de la expansión del vino argentino en los 90 y 2000, cuando las exportaciones crecían al calor de un tipo de cambio competitivo. Tres décadas después, el panorama es otro. Los precios internacionales deprimidos, la pérdida de rentabilidad y el exceso de oferta transformaron aquella bonanza en una pulseada diaria por la supervivencia. La presentación en concurso no significa el final para Norton, pero sí funciona como una señal de alarma. Si una de las bodegas más grandes y con respaldo internacional enfrenta este nivel de endeudamiento, ¿qué puede esperarse de las más pequeñas? Un futuro en disputaLa crisis vitivinícola no solo afecta a los números del sector, sino que también erosiona la identidad económica y cultural de Mendoza. Detrás de cada hectárea abandonada hay una familia que deja de producir, una escuela rural que pierde alumnos, un comercio que cierra. "Esto no es solo un problema económico. Es una crisis estructural que afecta al tejido social de Mendoza", advirtió la AVM. "Si queremos que Mendoza siga siendo la capital mundial del vino, primero debemos cuidar a quienes producen la uva. Sin productor primario, no hay vino. Y sin vino, no hay Mendoza". |
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