Valle Inclán propone que la tragedia española no es una tragedia sino su representación absurda ante una Europa signada por otros paradigmas socio culturales de mayor vuelo y expresividad.  Para explicar esta visión de la tragedia utiliza el recurso de los espejos de Gato que eran espejos cóncavos deformantes ubicados en el frente del teatro Príncipe cuyo efecto era el de transformar en grotesca la imagen más bella. Utiliza esta metáfora además situando el punto de perspectiva de observación de sus personajes en altura.

La suma de estas contemplaciones impactan en los personajes de sus textos, lo cuales se transforman en meros títeres grotescos y peleles manejados a su antojo por una mano superior que los deshumaniza y cosifica situándolos en un plano infrahumano.

Utilizo esta descripción literaria sobre el escritor Valle Inclán como un elemento más para sumar a la  comprensión de la irrupción en la compleja realidad argentina de un auténtico Esperpento como lo es este personaje que se hace llamar Milei.

Para el análisis político de la actualidad argentina, considero muy interesante detenerse en el fino límite que separa la farsa de la tragedia, límite que soporta la inexorable tragedia subyacente como parte constitutiva del Esperpento. A diferencia de una obra teatral, tal la de Valle Inclán, que tiene la característica del grotesco teatral, el personaje  esperpéntico nacional (¿) lejos de devenir obra escénica puede representar una nueva y trágica etapa oscura para nuestro pueblo.

El foco de este fenómeno social debe situarse en quienes manipulan al personaje-títere el cual siempre será descartable para esos poderes. Ahí reside la gravedad de su repercusión y consecuencias.

Nuestra sociedad si bien intentó barrer el horror de una feroz y sangrienta dictadura bajo una alfombra urdida por la fragilidad política y la amenaza de aquellos verdugos del pueblo, es “sorprendida” por la reaparición de estas fuerzas siniestras y amenazantes que vuelven a actuar en un plano socio-político con el objeto subsidiario de volver a instaurar un modelo económico que solo se sustenta y desarrolla bajo un marco autoritario, controlador y violento.

Nuevamente poderes foráneos actúan con las complicidades históricas del cipayismo autóctono que se pliega a sus designios letales para la vida de un pueblo que solo aspira a ser feliz en la simpleza que otorga una vida digna y sobre todo previsible

 Esto quedó demostrado en dos sucesos que convocaron la reacción popular interpalada por la negativa y positiva respectivamente: la masiva demostración en contra del 2x1 de una Corte funcional a estos poderes y la inédita masividad del festejo de un campeonato mundial de fútbol. Dos eventos populares, dos expresiones simbólicas que ratifican que en el pueblo siguen vivas las reivindicaciones contrarias a la etapa del horror que lo atravesó y a sentir que aún puede resignificar su frustración y alcanzar  una “victoria” que transforme su realidad.

En consecuencia, ante un gobierno que por momentos se muestra inerme y hasta resignado, hace falta nutrir y acompañar al único candidato que Propone un modelo político articulado en acciones y medidas de impacto socio-económicas que tiene en su centro a la persona y no al deshumanizado “capitalismo destructor del mínimo tejido social” invocando una “libertad adulterada y viciada de falsedad” ni a la promesa de “destruir y exterminar” un espacio político adversario.

Dejemos a los esperpentos en el lugar de una fresca literatura y participemos de una construcción colectiva pensada y protagonizada por el pueblo.

Carlos Blasco

Septiembre 2023.